Antonio López de Santa Anna, nacido en Jalapa en el año de 1795 fue un militar y político mexicano muy influyente desde el periodo de la independencia hasta la estructuración del país como una república federal, ocupó la presidencia del en once ocasiones y se autonombró Alteza Serenísima, héroe y traidor nacional a la vez.
Primeramente
fue un capitán del ejército realista durante la independencia, sin embargo se
alió a Agustín de Iturbide cuando este apoyó a los insurgentes a tomar el
poder, pero cuando Iturbide se proclamara emperador aportó a su derrocamiento y
así abrir paso a la implantación de una república como forma de gobierno en
México, al mismo tiempo como militar fue considerado un héroe al repeler las
fuerzas españolas que fueron enviadas en 1829 con propósito de restaurar el
régimen colonial.
La
primera vez que tomo la presidencia de la nación fue en 1833, no tenía unos
ideales establecidos, apoyaba de manera volátil a diferentes propuestas según
su conveniencia, al principio fue liberalista pero al llegar al poder les dio
mucho apoyo a los conservadores y burgueses del país.
Su
fama fue en declive cuando en 1835 estalló el movimiento de independencia del
estado de Texas, sometió momentáneamente a los rebeldes sin embargo estos
tenían apoyo de los Estados Unidos quien tenía intenciones de anexar a dicho
estado a su territorio, al final terminó perdiendo el ejército mexicano.
Posteriormente defendió a la nación de la primera intervención francesa en 1838, donde perdió una pierna, el conflicto terminó con un tratado de paz al año siguiente. En 1846 intento defender al
país de la invasión norteamericana, sin embargo fue una perdida más, la cual costó la mitad del territorio nacional la cual fue adquirida por Estados
Unidos, todo el norte del país se perdió.
Sus
presidencias sólo provocaron crisis económicas y disgustos en la población por
todos los impuesto exagerados que creaba (impuestos por tener ventanas o mascotas por ejemplo), al mismo tiempo no le daba importancia a su
cargo ya que renunciaba continuamente, sus gobiernos duraban unos pocos días o
meses. Éste personaje fue el vivo ejemplo del desorden nacional que vivía la política en
los primeros años del México independiente.
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